https://filosofiatonsmann.com/
Ser y Ver
miércoles, 15 de septiembre de 2021
jueves, 13 de mayo de 2021
La mujer griega, un principio ético olvidado
En palabras de Terencio “Homo
sum, humani nihil a me alienum puto”. Soy un hombre, nada humano me es
ajeno. Estas palabras fueron corregidas por Miguel de Unamuno de la siguiente
manera: “Nullum Hominen a me alienum puto”. Soy hombre, a ningún otro
hombre estimo extraño. A lo que deberíamos agregar a ninguna mujer estimo extraña.
Cómo estimar extraño al
fundamento de toda la literatura universal. No solo al narrador de mitos sino
al creador de poesías. El poeta, al primer poeta, es decir: Homero.
La filosofía ha tomado el
primer camino de Terencio, la realidad no ajena al propio hombre como aquella
conquista de la razón o en sentido similar lo dicho por Protágoras “Homo
omnium rerum mensura est”.[1] La medida de todas las
cosas es el hombre, no hay nada que sea fuera del hombre. Lamentablemente esto
ha sucedido así, lamentable por que se han perdido perspectivas que hemos
dejado de lado.[2]
Ya lo había dicho Kant: “el que sobrevalora a la razón la terminará por
odiar”. Aquella misología profética Kantiana se ha manifestado desde el
nacimiento de la filosofía. Por ello debemos recuperar en el nacimiento de la
misma filosofía la figura propuesta por Aristóteles en su Metafísica. Aquello
que él denominó una realidad previa de los presocráticos: “los teologisantes
o los que teologizaron”[3] y como ahora propongo (yo)
a los poetisantes.[4]
La filosofía debería apostar más por la poesía que a la propia ciencia e
incluso más que a la metafísica,[5] pues es ella que nos ha
enseñado más moral que las artes anteriores.
La realidad poética por
lo tanto no será la razón cultivada si no aquellas raíces subconscientes y en
contacto con las musas proféticas. Yo no soy el que habla sino hablan las que
me poseen.
Dicho esto, ya podemos
sostener que nuestro primer contacto con la ética será desde la poesía clásica,
desde aquella poesía primera. Por ello sostenemos que la poesía será la primera
manifestación ética, pues no hay otra figura literaria en toda la historia
antes que ella y precisamente por ello, el poeta será aquel sujeto educador de
moral, y el primero fue Homero. Ya lo había manifestado Platón en unos de sus
escritos:
“Por lo tanto,
Glaucón, cuando encuentres a quienes alaban a Homero diciendo que este poeta ha
educado a la Hélade, y que con respecto a la administración y educación de los
asuntos humanos es digno de que se le tome para estudiar, y que hay que
disponer toda nuestra vida de acuerdo con lo que prescribe dicho poeta, debemos
amarlos y saludarlos como a las mejores personas que sea posible encontrar, y
convenir con ellos en que Homero es el más grande poeta y el primero de los
trágicos”[6]
Nos dice el mismo Platón
que el poeta es el maestro que se le debo obedecer dicho poeta, el hombre,
aquel griego debe regirse por el precepto de los poetas. Ahora bien No es un
regirse sin un entendimiento. Acordémonos que la filosofía siempre va a tener
un juego filosófico. El mismo Jenofanes en su Symposium nos comenta que Nicias
obligo a su hijo aprenderse de memoria la poesía de Homero. Por lo tanto, no
podemos descartar a la poesía solo como una fuente de engaño, que ambos autores
señalados como Platón y Jenofanes harán critica. No olvidemos que el griego no
era un hombre común o aquel vipedo sin plumas. El griego era por excelencia un
hombre un ciudadano
Lo que produce el poeta
es poesía, y la poesía produce ética. Y por ello sostenemos que la poesía es
una respuesta ética no solo al mundo de homero sino al mundo actuar y sobre
todo en una relectura de la poesía. Encontramos en ella el aspecto femenino del
sentimiento del cuidado ético. Propuesta en la que volveremos con Gilligan, en
su ética de cuidado.
La poseía Homérica que
brinda una ética para el hombre no podrá ser tachada por el pensamiento
feminista, aunque parezca algo contradictorio en sí mismo dichos términos, la
Poesía Homérica nos brinda, nos revela nos proporciona la visión femenina de la
ética. Y coincidentemente la poesía y la ética son precisamente vocablos de
genero femenino. Y eso es lo que marcará el trabajo presentado. La ética vista
desde el aspecto femenino tan poco estudiado, pero para nada olvidado de los
filósofos.
Lo que produce la
realidad de la poesía es una critica por parte de los filósofos y ojo con esto
no es una critica de los narrado o contado, no es una critica a la narración de
los hechos, que es lo más propio del hombre al poseer palabra. La poesía
adelanto a la filosofía a sostener principios éticos por medio de su propia
lógica, que no es la misma que la filosófica. La concepción del bien, de lo
justo, del mal, y de lo injusto ofrecido por aquella mujer llamada poesía se
presentaron por medio de divinidades nada claras y aun así manifestaban las
dimensiones éticas del hombre. El mal o el bien como premio o castigo de los
dioses nos revela, como nos revelará una ley moral natural, que en el hombre
existe una dimensión moral o ética, que hasta el día de hoy no podemos
eliminarla por más de ciertos pensamientos débiles en justificar un relativismo
moral y más un relativismo moral del género.
Lo que produce la
realidad de la poesía a la visión del filosofo no es un conflicto con lo
narrado, el filósofo no tiene intención de ir contra la leyenda de Troya. Es
más si de hacer una crítica el filósofo deberá hacer una critica constructivo
con aquellas realidad para esclarecer ciertos olvidos. Lo que produce la
realidad de la poesía es lo sostenido por Jenófanes primero, purificar la idea
de bien, ya no desde las divinidades enfermas, sino por la misma idea de bien,
como lo hará también Platón: para este filosofo la poesía constituye el no del
logos filosófico, por eso Platón no eliminará todo tipo de poesía sino solo
aquella que obstruya la formación de los guardianes por sus efectos opuestos a
la disposición de un buen carácter para el gobierno. Tema para más adelante.
Lo que pretendemos es
presentar a la poesía como una fuente ética, que ella es es sujeta a ser
criticada obviamente, ya varias veces en otros escritos hemos manifestado que
la filosofía no acepta ningún tipo de dogma venga de donde venga. Y
precisamente con esta critica filosófica de esos personajes mencionados, nos
damos cuenta que el griego no era un salvaje. Ya lo había dicho Aristoteles el
hombre necesita de la palabra y de la polis para ser ciudadano. Y precisamente
esa palabra sostiene tanto a la poesía como a la filosofía. Aquel logos griego
de su primera manifestación en la poesía y luego en la filosofía, un logos
purificado, un logos trabajado desde una lógica racional. Por ello es que los
griegos no podían creer que un dios poesidon impidió a Ulises llegar a Ítaca o
en otras palabras los griegos no satisfacían su curiosidad filosofía con solo
decir que el agua era el primer principio.
La poetas, rebautizados
por mi como los poetizantes, serán parte de la distinción aristotélica de los
teologizantes y filosofantes. El Filosofo no puede por ningún motivo, dejar
pasar la poesía. Como bien dice Unamuno la poesía se acuesta más a la poesía
que a la ciencia. Todo filosofó deberá ser, por lo menos en su interior, “un
poeta”.
2.-De la Ilíada y la
Odisea ¿Por qué aun no aprendemos nada?
En este primer capítulo
mi propósito no es realizar un resumen de estos grandes poemas, pero por lo
menos, debemos mencionar algunas de sus ideas principales. Pero antes de
mencionarlas debemos de decir dos cosas en cuestión. La primera es que los
clásicos poemas encierran un rico conocimiento para el hombre actual, y nos
servirán como una fuente de purificación ética. Así como lo fue el viaje de
regreso de Odiseo. Por ello, la poesía no debe ser dejada de lado por el hombre
porque de alguna u otra manera lo rescatará de su propio racionalismo estrecho.
Como segunda cuestión debemos decir, algo que ya es evidente, si de por sí se
ha perdido el interés por la lectura, gracias a aquel hombre veedor, que solo
ve un horizonte chato y plano, en un perímetro lineal sin ninguna área o
espacio interior, y qué decir de un ver hacia afuera. Este hombre ya no ve los
textos clásicos en sí, si no, que por la “complejidad y atareada vida que
llevamos” nos dejamos llevar por resúmenes de resúmenes, por copias de copias,
o por no decir en lenguaje platónico fantasmas de fantasmas. Nos quedamos con
ideas estáticas y no las hacemos vida en nuestra vida. Nos quedamos con ideas
de películas que no respetan el texto en sí mismo. Y así el “homo videns” sigue trabajando para
conquistar el “Homo online” en bettseler para “dummies”, y lo pongo en inglés
para no herir susceptibilidades. El hombre sigue engañado más por si mismo que
por alguna divinidad aparente.
Debido a esto dos
primeros puntos, que podrían complementarse por algunas otras perspectivas,
sostenemos que no aprenderemos nada de ellos, sino tomamos contacto directo con
estos grandes y hermosos poemas.
La Ilíada nos cuenta
algunos sucesos de la guerra de Troya, donde podemos ver la relacionalidad
existente entre las divinidades y los simples mortales. Aquellos dioses que
jugaron o no con el hombre, sin que ello quiera decir que no hayan sido estos
los supuestos de una realidad moral y que por ello podamos dejarlos de lado. En
la Ilíada, tenemos a los Aqueos, entre ellos Agamenón, como aquel líder que
arrebata al jefe de los Mirmidones parte del botín, expresada en una mujer.
Hija del sacerdote Apolo. Y que, por dicha acción, Aquiles, por venganza y
furia, toma la decisión de retirarse del combate. Con la ayuda de la madre del
jefe de los Mirmidones, Zeus termina por resolver la derrota de los Aqueos.
Entre la batalla, muere Patroclo, aquel inseparable amigo de Aquiles, y que por
su muerte se establecieron los juegos y sus respectivos premios para los
combatientes. Aquiles, por venganza, recurre de nuevo al combate matando a
Héctor, al cual lastima el cuerpo y terminada por matarlo. El rey Príamo lo
pide para honrarlo. Si tuviéramos que resumir la Ilíada en una sola línea
tendríamos que decir es la narración de la colera de Aquiles., pero no es la
idea un resumen, creo que esto ya lo dejamos claro. La idea es reconocer en
estos poemas no solo la moralidad existente, mandada por los dioses. Aquel
Imperativo divino. Sino reconocer en aquellas narraciones, fuente de valores no
solo del espíritu guerrero, que es lo que suele citarse sino valores para una
vida feliz de cuidado. Y en ello, reconocer en aquel imperativo divino no solo
a los dioses sino también de las divinidades.
A diferencia de la
Ilíada; la Odisea nos presenta una complicación mayor, por su no narrativa
lineal en el campo de batalla (guerra de troya) sino una narrativa múltiple por
la diversidad de sus escenarios (tierra y mar) por donde Ulises anduvo como
único caudillo que no regresaba a casa por colera y rencor del divino de
Posidón. Odiseo, es ayudado por Atenas ante la asamblea de los dioses para que
sea liberado de la tentadora Calipso. Hermes es enviado para que entregue el
mensaje divino a Calipso y deje ir de una buena vez a Ulises; mientras tanto,
Atenas pide a Telémaco que busque a su padre en Pilo y en Esparta, mientras que
los galanes hacen alborotos en la casa de Ulises ante la indecisión de Penélope
de no elegir un nuevo marido, planeando entre muchas cosas la muerte de
Telémaco a su regreso. Odiseo, en el mar de regreso para volver a casa, es
interrumpido por Posidón quien manda una terrible tempestad, hasta que termina
en tierras del rey Alcínoo, donde el mismo Odiseo comienza una narración dentro
del poema, donde narra todas sus aventuras, con el ciclope, el odre de los
vientos, entre otras muchas aventuras y astucias. Terminada la historia, los
Feacios llenan a Ulises con dones en una embarcación para que se disponga a
Ítaca, donde se da el encuentro con el porquerizo Eumeo. Mientras tanto Atenas
pide a Telémaco que regrese y da cuenta del vil plan de los galanes contra él.
Telémaco se reencuentra con su padre y planean la venganza sin que revele a
nadie su regreso. Atenas envuelve con vejez y con aspecto de mendigo a Odiseo y
llevan así la venganza planeada. Donde Penélope propondrá la prueba del arco y
donde terminará la sangre en Ítaca “limpiada” por las supuestas bodas llevadas
a cabo.
Como vemos, hemos
mencionado tan solo las ideas principales de ambos poemas, pero lo que queremos
resaltar no es esto. Lo que queremos resaltar son tres ideas muy importantes,
una más que la otra pero que van ligadas entre sí. Y sostener como último punto
lo siguiente: el uso de la poesía como una respuesta ética a nuestro mundo. La
poesía como aquella que podría traspasar la línea del tiempo y ser fuente de
valores para el hombre, en contra de aquella racionalidad platónica vista en la
República y en contra de toda estrechez mental de un racionalismo que mata el misterio
del propio hombre. La poesía como remedio de ese estrechismo racional, donde el
área interior es abierta a la trascendencia.
Vamos por partes, en el
primer punto sostengo lo siguiente: En ambas poesías hay una mención desde el
comienzo a la dimensión femenina de lo divino. Más claro, los poemas inician
invocando a la mujer.
En la Ilíada encontramos:
“La cólera canta, oh diosa, del Pélida Aquiles, maldita, que causó a los aqueos
incontables dolores, precipitó al Hades muchas valientes vidas de héroes y a
ellos mismos los hizo presa para los perros y para todas las aves —y así se
cumplía el plan de Zeus…” . Y en la Odisea, “Musa, dime del hábil varón que, en
su largo extravío, tras haber arrasado el alcázar sagrado de Troya, conoció las
ciudades y el genio de innúmeras gentes. Muchos males pasó por las rutas
marinas luchando por sí mismo y su vida y la vuelta al hogar de sus
hombres…”
En este primer punto, el
propósito de señalar la presencia de la mujer es precisamente que ella no es
una realidad ajena ni excluyente, ya sea humana ya sea divina, sino que la
mujer tiene una fuerte presencia desde aquellos inicios de este pequeño camino
que es la historia de la humanidad. Para ir en contra de toda visión de critica
de un feminismo inconsciente recalcitrante y de una racionalidad del hombre
autárquico., que nos servirá más adelante cuando sostengamos la idea de la
ética de cuidado de Carol Gilligan. La nueva relectura de la ética a través de
las fuentes griegas, reestableciendo aquella idea errada del hombre autónomo e
independiente, utilizando palabras de la en su obra titulada animales
racionales y dependientes de Macintyre.
El segundo punto para
mencionar, y que es necesario que esté vinculado con el primero, es que el
imperativo moral, no es solo de una racionalidad de hombre excluyente como
acabamos de decir, sino que la moral rescata el aspecto femenino de las
divinidades, y sobre todo el de madre, pues son ellas las que cuidan en su
mayoría a la prole.
“Respondiole entonces
Tetis, derramando lagrimas: “! Ay, hijo mío, ¿Por qué te crie si en hora aciaga
te di a luz?! ¡Sin llanto y sin pena junto a las naves debiste quedarte
sentado, ya que tu sino es breve y nada duradero! Temprano ha resultado ser tu
hado e infortunado sobre todos has sido; por eso, para funesto destino te
alumbre en palacio. A comunicar ese mensaje a Zeus, que se deleita con el rayo,
voy yo misma al muy nevado Olimpo, a ver si me hace caso. Mas tu ahora, sentado
junto a las naves, de ligero curso, conserva tu colera contra los aqueos y
abstente del combate.”
Vemos que, en el
imperativo divino de madre, hay una ética de cuidado respecto al hijo Aquiles,
también vemos:
“Mi madre, Tetis, la
diosa de argénteos pies, asegura que a mi dobles parcas me van llevando al
termino que es la muerte: si sigo aquí luchando en torno de la ciudad de los
troyanos, se acabó para mí el regreso, pero tendré gloria inconsumible; en
cambio, si llego a mi casa, a mi tierra patria, se acabó para mí la noble
gloria, pero mi vida será duradera y no la alcanzaría nada pronto el término
que es la muerte también a los demás yo aconsejaría zarpar rumbo a casa, porque
no veréis aun el fin de la escarpada Ilio”.
Es más, la misma ética de
cuidado, de Tetis respecto a su hijo, es asumida y se enfrenta a Zeus, Padre de
dioses y hombres. pidiéndole favores para su hijo:
“¡Padre Zeus! Si alguna
vez entre los inmortales te he favorecido de palabra o de obra, cúmpleme este
deseo: honra a mi hijo, sujeto al más temprano hado entre todos y a quien,
además, ahora Agamenón, soberano de hombres, ha deshonrado y quitado el Botín y
lo retiene en su poder. Mas tu véngalo, providente Zeus olímpico, e infunde
poderío a los troyanos, hasta que los aqueos den satisfacción a mi hijo y lo
exalten de honores. Así hablo, y nada respondió Zeus, que las nubes acumula, y
permaneció un rato sentado en silencio. Tetis, una vez asida a sus rodillas,
seguía así agarrada y pregunto por segunda vez: De verdad prométemelo y asiente
a ello, o deniégalo, ya que no cabe el temor en ti; así sabre bien hasta qué
punto soy la divinidad más vilipendiada entre todas. Muy enojado, le respondió
Zeus, que las nubes acumula: Desastres se avecinan, pues me impulsaras a
enemistarme con Hera, cuando ella me provoque con injuriosas palabras”
Igual encontramos en la
Odisea, la preocupación de Atenea, por Ulises, como si fuera su hijo, y ruega
ante el mismísimo Zeus.
“Atenea, la diosa
ojizarca, repúsole entonces: Padre nuestro Cronión, soberano entre todos los
reyes, bien de cierto que él yace abatido por justa ruina ¡que lo mismo perezca
quienquiera que imite su ejemplo -, pero a mí el corazón se me parte pensando
en Ulises, infeliz, que hace tanto padece de miles trabajos, alejado de todos
los suyos y preso en la isla que circundan las olas allá en la mitad del océano”. Es más, se preocupa tanto de Odiseo, como de
su propia estirpe y lo sigue tratando con aquel cuidado de un padre, en este
caso una madre a su hijo.
“Yo misma iré en tanto a las tierras de Ítaca;
allí de su hijo en el pecho pondré diligencia y valor por que llame en el ágora
a junta a los dánaos crinados y en ella haga frente a los muchos galanes que
matan sin duelo sus ovejas y bueyes rollizos de pasos de rueda; le haré ir
hasta Pilo arenosa y Esparta a que trate de saber del regreso del padre querido
y consiga para ti mismo también favorable renombre en las gentes.”
“El discreto Telémaco
entonces le dijo en respuesta: Foirastero, has hablado en verdad con afecto
entrañable, como un padre a su hijo: no habré de olvidar tus palabras”
Acordemonos que Atenas,
se presenta como Mentes, Señor de los Tafos. El rol de madre sale en el valor
que inspirta y las palabras que usa.
Como tercer punto,
estamos sosteniendo una mitología ética, por lo tanto, sostenemos que hay un
cuestionamiento implícito sobre una vida feliz; Tanto en la Ilíada como la
Odisea en sus últimos cantos se expresa que la bondad o maldad procede de lo
divino.
“Los dolores, no
obstante, dejémoslos reposar en el ánimo, a pesar de nuestra aflicción. Nada se
consigue con el gélido llanto, que hiela el corazón. Pues lo que los dioses han
hilado para los miseros mortales es vivir entre congojas, mientras ellos están
exentos de cuitas. Dos toneles están fijos en el suelo del umbral de Zeus: uno
contiene los males y el otro los bienes que nos obsequian A quien Zeus, que se
deleita con el rayo, le da una mezcla, unas veces se encuentra con algo malo y
otras con algo bueno. Pero a quien sólo da miserias lo hace objeto de toda
afrenta, y una cruel aguijada lo va azuzando por la límpida tierra, y vaga sin
el aprecio ni de los dioses ni de los mortales”
Y en la odisea:
“Medonte, lo que pasó no
fue capricho de Ulises, sino plan de los inmortales”
Esclarecedor y usando las
palabras de Jaques Leclercq sostenemos: La ética se manifiesta por medio de un
imperativo que se expresa en preceptos, y que hay que tener en cuanta que este
imperativo va con una especie de constricción interior que me inclina a
conformar mi acción con el precepto. Con ello, nos está diciendo Leclercq, que
la esencia de la ética es normativa.
En esta especie de
constricción interior, sostendremos que el imperativo mitológico, es impuesto
por la divinidad, es regla de nuestras relaciones con ella. Debemos someternos
a ese precepto en la media en que deseamos estar en buenas relaciones con Dios
o los dioses. Y en tanto que tengamos dicha constricción interior, estamos
revelando un hecho de conciencia en nuestra naturaleza., y lo expresa bien un
párrafo de la Odisea,. La ética, no puedo provenir solo de la divinidad,
propone que aquella constricción interior es propia del humano.
“Comenzó por hablarles el
padre de dioses y hombres se acordaba en su mente de Egisto, el varón
intachable al que Orestes, famoso en el mundo, quitara la vida, y con este
recuerdo les dijo a los dioses eternos: Es de ver cómo inculpan los hombres sin
tregua a los dioses achacándonos todos sus males. Y son ellos mismos los que
traen por sus propias locuras su exceso de penas.”
Insistimos en la
naturalidad de la ética mítica y ética no mítica, en sus primeras
justificaciones, pues como es sabido el imperativo es de carácter divino.
[1]
El filósofo tiene que ver con un tipo de conocimiento capaz de organizar un
saber sobre cuyos presupuestos pueda construirse un cierto sistema conceptual.
El cual nos permite dar cuenta de hechos que, de algún modo. tengan que ver con
él.
[2]
Esto no es otra cosa que la semilla de la generación del 68.
[3]
Cf. ARISTÓTELES, Metafísica, 983b 2-30.
[4] Bajo
figura Aristotélica en su Poética, pues la poesía es más que la historia y
posiblemente más que la filosofía misma. Cf.
ARISTOTELES, Poética, 1448b 35.
[5]
El poeta tiene que ver con un tipo de conocimiento del que no goza claridad.
Pues aparecer como sumergido en un extraño poder cósmico, su voz no hace más
que transmitir mensajes de los que no puede dar cuenta. Pero que sin embargo es
necesario y por lo tanto no puede ser descartado. El que no tenga una lógica de
la razón, no significa que tenga su propia lógica y por ende un contenido
verdadero. Como había respondido a uno de los escritos al profesor Dick Toskman
en plena pandemia: Hay que volvernos poetas antes que viajeros, como diría
Unamuno. “Los poetas son aquellos seres liberadores que nos desatan de las
cadenas de la materia y nos dejan entrar en un mundo nuevo, un mundo de almas
sensibles. Sólo así podremos hablar de la revolución del amor”.
[6] PLATÓN, La Republica, X, 606e.